las huellas del lobo en los territorios del contrabando
atención:
Aunque la carretera está en condiciones de semiabandono, si conducimos un vehículo de altura inferior a 3’5 metros, merece la pena recorrer la carretera ZA-L-2674 entre Villarino de Manzanas y Linarejos, atravesando buena parte de la Reserva de Caza de la Sierra de la Culebra y llegando hasta uno de sus más bonitos miradores. Esta limitación de gálibo se debe a la existencia de un túnel que salva la vía férrea a la altura de Linarejos por el que es imposible pasar con un vehículo de altura superior. Tampoco podremos llegar al bello pueblecito de Santa Cruz de los Cuérragos desde Manzanal de Arriba, aunque para los más aventureros existe una alternativa utilizada por camiones y autobuses turísticos, un camino que cruza la vía férrea por un puente y al que se accede en las coordenadas 41°56’24.3″N, 6°28’59.1″W con tan sólo 1’5 km de longitud hasta enlazar de nuevo con la carretera. Puedes ver una ortofoto con el camino alternativo marcado:
,Observaciones:
Esta etapa es sin duda una de las más especiales para los más aventureros y los amantes incondicionales de la naturaleza, con pequeños núcleos de población que se dispersan entre las ondulaciones de las tierras sureñas alistanas y la agreste Sierra de la Culebra donde nuestra autocaravana será observada sigilosamente por amplias manadas de lobos ibéricos, encontrando aquí la mayor concentración de este esquivo mamífero de toda la Península Ibérica. Sus estrechas y a veces descuidadas carreteras nos llevan a recorrer caminos poco transitados, entre una vegetación impetuosa y sorprendente, donde pequeños pueblecitos que parecen salidos de un cuento nos asombran entre valles bañados por pequeños ríos y riachuelos. Desde Alcañices nos dirigimos al pequeño municipio de Nuez desde el que continuar por una estrecha carretera que se asoma constantemente a la frontera, llegando a miradores como el de Peña Mira y al municipio fronterizo de Villarino de Manzanas que hace de divisorio con la Sierra de la Culebra para elegir aquí el camino a seguir, continuando por una carretera casi abandonada que atraviesa el territorio del lobo llegando a uno de los más impresionantes miradores de este Espacio Natural o continuar en dirección a Cional, donde nos aguarda el embalse de Valparaíso que riega estos municipios crecidos al abrigo del contrabando y la relación con los vecinos portugueses, hasta dar con el precioso municipio de Manzanal de Arriba donde disfrutar de su miel, de sus tradiciones, de su gastronomía, de su música carballesa, de su arquitectura de piedra salpicada de carpintería en un azul intenso y de sus bonitas pedanías como el pueblecito de Santa Cruz de Cuérragos que conforma en sí mismo un auténtico museo al aire libre. Desde aquí nos acercaremos a Villardeciervos, otro de esos pueblos que sorprenden con su arquitectura en piedra y sus inmensas balconadas de madera exquisitamente talladas y adornadas de flores en primavera y verano, también declarado Conjunto Histórico Artístico como Santa Cruz. Esta etapa es además perfecta para disfrutar de rutas senderistas y de BTT o rastrear las huellas de lobos, ciervos y hasta osos pardos que se ocultan entre los frondosos bosques.
Villardeciervos
El Municipio
Villardeciervos, situado en la comarca de La Carballeda y a los pies de la Sierra de la Culebra, declarada Reserva Natural, se encuentra a unos 65 km al noroeste de su capital, Zamora, y a unos 36 km del paso fronterizo más cercano a Portugal, por la carrtera ZA-P-2438 y ZA-912. En la actualidad cuenta con unos 430 habitantes.
Su conjunto de casonas típicas de piedra rojiza, constituidas por varias plantas y preciosas galerías voladas en madera, le ha servido a este pueblo la catalogación de Conjunto Histórico-artístico en 1987, convirtiéndose así en un BIC (Bien de Interés Cultural) de obligada visita. Su encanto reside en lo histórico de sus calles y fachadas, como la casa de los siete balcones, los edificios que custodian la plaza mayor, la construcción donde se ubica el ayuntamiento, los empedrados, la curiosa calle de Abrazamozas, las fuentes y los caños.
Esta preciosa villa ha sabido conservar su arquitectura típica de casas de piedra y balcones de madera, así como la iglesia de Ntra. Sra. de La Asunción, de origen románico y restaurada recientemente. Sin olvidar sus fuentes típicas, distribuidas por el pueblo, que han sido rehabilitadas manteniendo su aspecto original.
No hay que perderse su estupenda playa fluvial en el embalse de Valparaiso, de arena, con zona recreativa e incluso chiringuito para disfrutar las noches de verano, en el mismo Villardeciervos o en su cercana pedanía de Cional que cuenta con otra estupenda zona de baño.
Sus Campos
La agricultura y la ganadería han sido desde tiempos remotos la fuente principal de ingresos de los cervatos, teniendo siempre la mirada puesta en el monte y en el lobo.
De su emplazamiento destaca el privilegio de estar situado en el corazón de La Sierra de la Culebra, conjunto montañoso declarado Reserva Regional de Caza desde 1973 y considerada Espacio Natural Protegido. Los colores, olores y sonidos del pueblo permanecen enmarcados con los agradables ecos de su entorno natural y el tímido bullicio de su fauna silvestre. El entorno de Villardeciervos aporta la riqueza de sus frondosos bosques de repoblación, generalmente coníferas, y bosques autóctonos de robles, robles negros (marojos) y sus mágicos castaños.
El avistamiento de lobos es una de las actividades estrella de la población, no es de extrañar, puesto que esta sierra alberga la mayor concentración del protegido Lobo Ibérico de toda la Península. Además, en sus bosques de coníferas y robledales, se cobija una rica y variada fauna como, jabalíes, corzos, liebres, aves rapaces y el noble animal a quien debe su nombre, el ciervo.
Debido a la gran abundancia de ciervos (precaución al volante por sus carreteras), se disfrutan en otoño los roncos y largos bramidos de los machos en celo durante la berrea siendo habitual poderles observar en sus luchas por el control de la manada golpeando sus enormes cuernos, encontrándose aquí los mejores ejemplares de toda la península. Sin duda un destino para los amantes de la naturaleza más salvaje donde no faltan restaurantes y comercios tradicionales dispuestos a abrir sus puertas al viajero.
Su Historia
Los orígenes de Villardeciervos se remontan al siglo XII a.C., período del uso del hierro. La “Peña del Castro”, estuvo habitada durante la Primera y la Segunda Edad del Hierro hasta la época romana. Hoy se conservan los restos del Puente de las Fraguas.
El abandono de la Peña del Castro como asentamiento se produce en los primeros años del siglo I a.C., es a partir de éste momento cuando la población es trasladada por los romanos a zona llana en el corazón de la Sierra de la Culebra. Destacó Villardeciervos en ese tiempo por pasar por ésta zona la calzada romana que unía Braga con Astorga, lo que le confirió a la población una gran importancia tanto económica como estratégica y militar.
En la época medieval, aparece el nombre de Villardeciervos, como “Vilar de Cervos”, escrito en un documento de mediados del siglo XII, refiriéndose a él como posesión del Monasterio de Moreruela. Durante el siglo XIV, Villardeciervos se convierte en unidad agraria dependiente del Monasterio de Moreruela. Pero poco a poco los dominios de la Orden Cisterciense, fueron otorgados a fuero a campesinos dependientes de la misma, consiguiendo el Monasterio rentas de quienes explotaban las tierras.
El término de Villardeciervos pasa afínales del siglo XIV a manos del tercer Conde de Benavente, Don Alonso Pimentel. Terminando el siglo XV, la Casa de los Condes de Benavente cede los derechos de cobro al noble Pedro Sarmiento. Derechos que irán pasando de generación a generación, apareciendo en 1752 Diego José de Oca como “dueño de Villardeciervos” en un escrito.
Villardeciervos destacó por su episodio en la Guerra de la Independencia ganando a los franceses en 1823. En 1834, Villardeciervos sufre una epidemia de cólera que diezmó su población. Su economía persiste fuerte en agricultura y ganadería, destacando también por su actividad comercial y la producción de telas que aprovechaba las materias primas del entorno.
Pero lo que realmente define su desarrollo fue el contrabando desde 1850, lugar de fronteras que adquiere riquezas comerciando con tabaco que bajaba de Santander, ropa de algodón y sal. Villardeciervos fue importante centro distribuidor de toda clase de materiales y alimentos procedentes de Portugal. Ello generó a lo largo del pasado siglo y principios de éste, una economía boyante a la que, por el contrario, fueron ajenos otros municipios de la zona.
Manzanal de Arriba
Dirección
Calle Real, nº 61. 49594 Manzanal de Arriba, Zamora
Localidad
Manzanal de Arriba (Zamora – España)
Teléfono
980 62 56 48
El Municipio
Manzanal de Arriba es un municipio de marcado carácter fronterizo, al lindar con la frontera portuguesa a tan sólo 10 km de su cabecera pero en la misma frontera en alguna de sus pedanías como el caso de Santa Cruz de los Cuérragos (Conjunto Histórico). Está formado por ocho localidades en total, siendo las otras siete Codesal, Folgoso de la Carballeda, Linarejos, Pedroso de la Carballeda, Sagallos, Sandín y Santa Cruz de los Cuérragos.
Se ubica a poco más de 92 km de la capital provincial, trayecto que se realiza en algo más de 1 hora y 15 minutos por la N-631 con la que se enlaza en Villardeciervos y posteriormente con la N-630/A-66 hasta Zamora. Tiene una superficie de 130,16 km², donde viven unos 360 manzanalinos repartidos entre sus pedanías. Pertenece a la comarca de la Carballeda, subcomarca de Sanabria, con la que comparte numerosos rasgos identitarios.
Sus Campos
Su ubicación en el corazón de la Sierra de la Culebra marca la vida de los habitantes de este municipio que principalmente se dedican a la agricultura y la ganadería, con la mirada siempre puesta en los montes bajo la amenaza del lobo ibérico que puede atacar su ganado o del zorro que puede “saquear” sus huertas. De esta intensa actividad ganadera, surgen dos razas autóctonas: la raza Alistana-Sanabresa da lugar a la ternera de Aliste, afamada y apreciada hasta tal punto de estar amparada por su propia marca de garantía. La segunda, la raza asnal zamorano-leonesa, asnos de buen porte y gran belleza extraordinariamente adaptados al medio, propiciando desde las administraciones su cría y mejora genética.
Dando un paseo por los alrededores de cualquiera de las localidades de Manzanal, en seguida se aprecia la riqueza natural con la que cuenta el municipio, aportando a sus habitantes distintos frutos de temporada como castañas, moras, setas, nueces y endrinos que ocultan sus frondosos bosques de robles, castaños y pinos. La apicultura tiene una amplia tradición al estar regada toda la zona por arroyos de agua cristalina y una gran variedad de flores silvestres (brezo, cantueso, cerezo silvestre, espino blanco, jara, manzano, rosal o tomillo entre otras) dando lugar a mieles con mucho sabor y personalidad.
Prácticamente perdidos están ya otros oficios tradicionales como los artesanos, carboneros, arrieros e incluso los oficios “fuera de la ley” como el de contrabandista, dando paso a otras actividades económicas como las relacionadas con el turismo rural. La caza, la pesca, los deportes naúticos, el ecoturismo, la micología o el turismo activo, están dando una nueva vida al municipio, siendo la estrella de todas estas actividades las que tienen que ver con el avistamiento de fauna y en especial del lobo ibérico y el ciervo, convirtiéndose en espectáculo con la llegada del otoño y su peculiar berrea.
Su Historia
En el término municipal de Manzanal de Arriba se atestigua la presencia humana desde la prehistoria. Estos antiguos pobladores eligieron parajes como la Covacha del Portillón y el Abrigo del Melendro para dejar su huella en forma de pinturas rupestres que sorprendentemente han llegado hasta nuestros días.
Mucho después, en la Edad Antigua, fueron los romanos los que dejaron su impronta en el territorio, atravesando por el municipio la vía romana que unía Astorga con Braga.
En la Edad Media, gracias a la repoblación llevada a cabo por los monarcas de León, las diferentes localidades quedaron consolidadas como asentamientos estables, siendo entonces conocida la localidad de Manzanal de Arriba como Manzanal de Encina.
Ya en la Edad Moderna, esta localidad junto con Sandín quedaron integradas en la provincia de las Tierras del conde de Benavente, mientras que otras de sus vecinas como Sagallos lo hacían en la provincia de Mombuey.
En la Edad Contemporánea, al reestructurarse las provincias españolas y crearse las actuales en 1833, todas las localidades hoy pertenecientes al municipio de Manzanal de Arriba, pasaron a formar parte de la provincia de Zamora, dentro de la Región Leonesa, siendo al año siguiente (1834) integradas en el partido judicial de Puebla de Sanabria.
En 1850, el municipio de Manzanal de Encina se integró en el de Folgoso de la Carballeda, cambiando su nombre por el actual de Manzanal de Arriba en 1850 y trasladando la capital del municipio de Folgoso a Manzanal en el 1900.
Santa Cruz de los Cuérragos
Aunque todas las localidades atravesadas hasta llegar a él cuentan con una bonita arquitectura, Santa Cruz de Cuérragos es especial. Catalogado como Conjunto Histórico, es una joya enclavada en un entorno natural incomparable en plena frontera con Portugal, donde los ciervos se acercan a las casas y en las noches de luna llena se escucha aullar al lobo. Entre preciosas casas de piedra viven sus dos vecinos en prácticamente total soledad, acompañados por la naturaleza y vigilados por la bonita iglesia en piedra y techumbre de pizarra. Aquí se viene a disfrutar de la naturaleza y a sentirse parte de este pueblecito que lucha por su supervivencia. Cuenta con un amplio parking a la entrada del pueblo desde el que en un corto paseo podemos recorrer sus calles, llegar hasta la fuente y subir hasta las antiguas escuelas, donde antaño iban los niños al colegio, cuando todavía quedaban pequeños viviendo en un entorno tan idílico en los meses de verano y tan duro en los de invierno. Desde el mismo parking también se pueden recorrer los 2 km de bajada hasta llegar al valle y arroyo de los infiernos con un bonito puente y que, de realizarse en silencio, no es difícil encontrar algún ciervo.
Pedralba de la Pradería
Dirección
Plaza Mayor, nº 1. 49392 Pedralba de la Pradería, Zamora
Localidad
Pedralba de la Pradería (Zamora – España)
Teléfono
980 62 19 03
El Municipio
A casi 125 km al noroeste de Zamora, muy cerca de Portugal, en la comarca de Sanabria, se encuentra este municipio de unos 237 habitantes. Aparte de Pedralba de la Pradería, forman parte de este municipio las localidades de Calabor, Lobeznos, Rihonor de Castilla y Santa Cruz de Abranes.
Aconsejamos la visita a todas las localidades, ya que no sólo merece la pena su entorno natural, sino que en cada localidad hay algo digno ver. En Pedralba, la Ermita del Carmen acoge la querida imagen de Santa Lucía. Las aguas medicinales de los manantiales de Calabor son conocidas desde la Edad Media y aún hoy se siguen embotellando y comercializando. Rihonor de Castilla, atravesado por la frontera con Portugal, es un bello ejemplo de convivencia entre vecinos de ambos lados de la frontera. Lobeznos, tierra de lobos, conserva su ermita y un gran horno comunal para hacer pan. En otoño, el visitante puede asistir a la berrea del ciervo y disfrutar de los bellos paisajes de Santa Cruz de Abranes.
El Habla
Pedralba de la Pradería es uno de los municipios de la provincia de Zamora en que se hablan tres lenguas romances, castellano, leonés y gallego en su variante sanabresa. En este sentido, en la localidad de Calabor se conserva una variante dialectal del gallego con influencias leonesas y portuguesas, mientras que, en Santa Cruz, Rihonor y Pedralba se conservan variedades dialectales del leonés, estando más influenciada por el castellano el habla de Pedralba y con más influencia del portugués el leonés de Rihonor. En Santa Cruz de Abranes se conserva hoy en día su lengua leonesa, llamando la atención la pureza con la que es utilizada por sus habitantes, muy por encima de otras localidades de su entorno.
Sus Campos
Enmarcado en las sierras de la Atalaya y la Culebra, este municipio esconde bellos parajes regados por fuentes, arroyos y las aguas del rio Castro. Con una rica y variada flora y fauna, no resulta difícil divisar jabalíes, corzos y el maravilloso lobo ibérico.
Su producción se basa en centeno, vino, lino, patatas, castañas, legumbres, alguna fruta y pastos; la cría de ganado vacuno, lanar y cabrío; la caza de perdices, liebres, conejos, ciervos y jabalíes.
Pedralba de la Pradería es un pueblo rico en agua, con innumerables fuentes y arroyuelos que mantienen en fulgurante verdor los prados que le dan nombre. De antiguo es la fama de la carne criada en estos pastos.
El pueblo de Calabor, además de la agricultura y la ganadería, tiene como fuente económica el antiguo balneario y embotelladora de aguas minerales y un parque eólico. Hace más de 4 décadas esta localidad basaba su economía también en las minas de estaño y azufre que tiene en su territorio
Su Historia
Aunque la zona fue habitada desde tiempos remotos, durante la Edad Media Pedralba quedó integrado en el Reino de León, cuyos monarcas habrían acometido la repoblación de la localidad dentro del proceso repoblador llevado a cabo en Sanabria. Tras la independencia de Portugal del reino leonés en 1143 Pedralba habría sufrido por su situación geográfica los conflictos entre los reinos leonés y portugués por el control de la frontera, quedando estabilizada la situación a inicios del siglo XIII.
Posteriormente, en la Edad Moderna, Pedralba fue una de las localidades que se integraron en la provincia de las Tierras del Conde de Benavente y dentro de esta en la receptoría de Sanabria. No obstante, al reestructurarse las provincias y crearse las actuales en 1833, Pedralba pasó a formar parte de la provincia de Zamora, dentro de la Región Leonesa, quedando integrado en 1834 en el partido judicial de Puebla de Sanabria.
Por otro lado, en torno a 1850, el municipio de Pedralba tomó su actual extensión territorial, al integrar en su término las localidades de Calabor, Lobeznos, Rihonor y Santa Cruz de Abranes.
Existen indicios de que Calabor fue poblada con anterioridad de la llegada de los romanos, pero fueron estos últimos, al ser grandes aficionados a los baños termales y al cuidado de la salud, los que encontraron los beneficios que aportaban las aguas de esta localidad, hasta el punto de que incluso la exportaban a distintos territorios de Europa. Siglos después, los visigodos acuñarían monedas o tremís de oro en la Ceca que habían creado en Calabor, por aquel entonces denominado Calapax. Fue uno de los territorios reconquistados por el Reino de León, en el que se integró, por lo que se vio afectado por el proceso repoblador que emprendieron sus monarcas. La primera referencia documental a esta localidad es a raíz de que Calabor fuera cedida en 1145 por el rey Alfonso VII de León a Pedro Rodríguez de Senabria. Posteriormente pertenecieron a los dominios de San Martín de Castañeda (1158) y ya en el siglo XV se vincularon a Benavente.
Santa Cruz de Abranes perteneció a Portugal hasta el siglo XVIII debido a que linda con el país luso, a media legua la distancia.