El rebollar y el campo de argañán
Desde las altas montañas de la vertiente norte de la Sierra de Gata, donde nos sorprende el bonito municipio de Peñaparda, con sus tradiciones centenarias y su habla peculiar, nos acercaremos a Robleda, otro de esos bellos pueblos de El Rebollar rodeado de robles centenarios y coronado con una robusta iglesia del siglo XVI abrigada por callejones laberínticos y casonas de piedra, hasta llegar entre robledales rebollos y manchas de pinos al municipio de Agallas, a medio camino entre la Sierra de Gata y la Sierra de la Peña de Francia con características arquitectónicas escondidas en sus rincones de uno y otro accidente geográfico. Tras deleitarnos con el clima del alto Águeda y las altas montañas observando desde la frontera natural que separa las comunidades de Castilla y León y Extremadura poblada de un sinfín de fauna y flora que adorna bonitas rutas senderistas y de BTT, vamos dejando en nuestro espejo retrovisor la frondosidad de sus bosques regados por innumerables arroyos y charcas para dirigirse la ruta a los territorios de frontera, siguiendo el curso del río Águeda y con él, una de las más importantes ciudades fronterizas como lo es Ciudad Rodrigo, bastión fuerte en las guerras contra portugueses y franceses que con una robusta muralla protege celosamente su patrimonio. Continuando la ruta, disfrutando de las onduladas dehesas de este suroeste salmantino, terminaremos la etapa en un pequeño pueblecito que por no disponer de esta sofisticada arquitectura bélica se vio duramente expuesto a las continuas guerras, marcando su evolución sin conseguir acabar sin embargo con buena parte de su patrimonio. Hablamos de Gallegos de Argañán, territorio codiciado por portugueses y franceses que dejaron en él su impronta conservando puentes centenarios y dos joyas de la arquitectura religiosa: su imponente iglesia del s.XVI y su ermita del Cristo de la Exaltación del s.XVIII. Aquí podremos descansar de esta apasionante etapa degustando delicias gastronómicas propias de la región como sus embutidos ibéricos, sin dejar de probar la especialidad de la zona (el farinato) o disfrutar de sus fiestas populares que incluyen encierros campestres en los que se mezclan jinetes a caballo con fieros toros bravos.
Espacio Natural de el rebollar
El espacio natural protegido El Rebollar (declarado Lugar de Importancia Comunitaria dentro de la Red Natura 2000) es un canto a la sostenibilidad de estos espacios gracias a su contribución a restaurar el hábitat natural de numerosas especies, incluyendo los ecosistemas y la biodiversidad de la fauna y flora silvestre, alterando lo mínimo posible los espacios donde habitan desde cigüeñas negras y buitres, en las alturas, hasta el misterioso lince ibérico, que sólo disfruta de su tiempo en entornos perfectamente conservados y con poca intervención humana, y el lobo ibérico como auténtico rey de nuestros bosques más tranquilos.
Su ubicación, al suroeste de la provincia de Salamanca, compartiendo una parte con la vertiente norte de la Sierra de Gata, en la cabecera del río Águeda, al Sur y con la frontera de Portugal al Oeste, lo convierten en un espacio con una importantísima diversidad natural y cultural de primer orden desde donde nace el río Águeda que regará la zona norte de Cáceres. Abarca los terminos municipales de Agallas, Martiago, El Saugo, Herguijuela de Ciudad Rodrigo, Robleda, El Payo, Peñaparda, Villasrubias, Fuenteguinaldo, Casillas de Flores, Navasfrías.
Los impresionantes bosques de roble rebollo nos harán disfrutar de este espacio en cualquier época del año convirtiéndose en una explosión de colores entre otoño y primavera con la caída de las hojas de estos árboles de formas caprichosas. También son importantes las repoblaciones de pino resinero (muy unido a las tradicionales explotaciones de esta materia prima en la zona) y los pinos silvestres en las cotas más altas que nos sorprenderán con su fuerte color salmón y sus podas naturales para proteger el bosque donde habitan. Encontramos también encinares menos importantes y localizados en los espacios más secos y alejados de la influencia serrana. En las márgenes de los ríos aparece una vegetación a base de alisos, sauces y fresnos que forman atractivos bosques de galería. Por otro lado, presenta variadas formaciones de matorral que van desde los escobonares, más frecuentes en las zonas más desforestadas del espacio natural, brezales que dominan en los suelos pizarrosos, hasta jarales y matorrales típicamente mediterráneos que prosperan en suelos muy degradados, conviviendo con el tomillar donde dominan tomillos y cantuesos y los frecuentes espinares.
Entre la fauna que podemos encontrar, destacan animales en peligro de extinción tales como la cigüeña negra, el buitre negro o incluso el lince ibérico. Pero junto a ellas hay otras muchas especies de gran interés, como entre los mamíferos que destacan el lobo, la nutria, el gato montés, el meloncillo, el topillo de cabrera, el tejón, el turón,… En cuanto a las aves destaca la presencia del elanio azul, alimoche, buitre leonado, águila culebrera, aguilucho cenizo, gavilán, azor, águila imperial, águila real, águila perdicera, cernícalo primilla, alcotán, halcón peregrino,… Los reptiles se encuentran representados por la culebrilla ciega, el eslizón ibérico, el lagarto verdinegro, la lagartija de bocage, la víbora hocicuda,… Los anfibios cuentan con el tritón ibérico, el sapillo pintojo, el sapo partero ibérico, la rana patilarga,.. Y los peces tienen a la trucha común y al barbo ibérico entre otros.
Peñaparda
Dirección
Cl. Fontanilla, 2
Localidad
Peñaparda (Salamanca – España)
Teléfono
923 486 331
infoturismo@penaparda.com
El municipio
El municipio de Peñaparda, enclavado en el suroeste de la provincia de Salamanca, al sur de la comarca de Ciudad Rodrigo y las subcomarcas de Campo de Robledo y de El rebollar, se encuentra en el límite con Extremadura y Portugal, a 130 kilómetros de la capital charra. Su término cuenta con un segundo núcleo de población, la Dehesa de Perosín, con la que comparte este paraje extraordinariamente bello, en plena a la Sierra de Gata.
Su topónimo hace alusión al afloramiento granítico que corona el municipio. Algunos especialistas opinan que su origen es celtibérico, del vocablo penno, qué significa cabecera, más la adicción de parda por el color de su tonalidad. Otros consideran que peña deriva de la voz latina pinna, que da lugar a peña, y parda de nuevo como calificativo de oscura.
Sus campos
La mayoría de sus habitantes, unos 340, según el último censo, se dedican a las actividades agrícolas y ganaderas. El pueblo cuenta con varias explotaciones de ganado, especialmente bovino, ovino y caprino, y con varias hectáreas de tierra para el cultivo de patatas, centeno, trigo y cebada o el pasto de los animales. También son fuente de ingresos la industria láctea, el aprovechamiento de los montes, siendo la explotación maderera otro factor económico, y el incipiente turismo, sobre todo estival, que aumenta de año en año, gracias a la puesta en valor de los interesantes recursos del municipio.
La historia
Peñaparda, asentada bajo la peña del Castillu, posee una historia muy antigua. Se cree, por los restos hallados en algunas de sus excavaciones, que ya estaba habitada en la Edad de Hierro, teoría corroborada por el hallazgo en 1930, en el camino que une el pueblo con El Payo, de la escultura de un verraco vetón, que, por el desconocimiento de sus descubridores, fue destruida.
Al caer el pueblo vetón, la zona pasó a formar parte de la provincia romana de Lusitania. La romanización de este territorio se desarrolló con relevante importancia, siendo evidentes sus restos. Precisamente, de su civilización se conservan una fuente, que fue restaurada en el Medievo, y un puente sobre el río Águeda, situado ya en el término de El Payo. La época visigótica parece no haber existido en Peñaparda, pero sí se han encontrado restos en la comarca.
Con la invasión musulmana, Peñaparda quedó dentro de la provincia de Mérida. Del paso de los musulmanes han quedado algunos topónimos y leyendas orales de túneles y tesoros musulmanes en el Castillu o de princesas cautivas. Asimismo, hay gente que cree que el vocablo charail, fuente en el habla de El Rebollar, es de esta procedencia.
Además, según algunos especialistas, parecer ser que su famoso pandero cuadrado también tiene este origen, pues se identifica con el vocablo adufe, que todavía pervive en la lengua portuguesa para denominar un tipo de pandero similar.
No obstante, será en la Edad Media cuando se funde la actual villa de Peñaparda, gracias a las repoblaciones efectuadas por Fernando II en el siglo XII con pastores de origen leonés, influencia que aún pervive en su lengua. El pueblo quedará encuadrado en el Campo de Robledo, en la Diócesis de Ciudad Rodrigo, tras la creación de la misma por parte del rey. Seguro es que en el siglo XVIII ya existía Peñaparda, ya que aparece en el censo que realizó en 1752 el Marqués de la Ensenada, con un total de 220 vecinos y un eclesiástico secular.
A lo largo de la historia, son muchas las batallas que se han sucedido en esta zona: primero las romanas, luego las de la independencia de Portugal y, por último, ya en el siglo XIX, contra los franceses. Es en este siglo, con la creación de las actuales provincias en 1833, cuando Peñaparda, como tantas otras localidades, quedó encuadrada en la provincia de Salamanca.
Robleda
Dirección
Pza. de la Constitución, 9. 37521
Localidad
Robleda (Salamanca – España)
Teléfono
923 486 331
aytorobleda@gmail.com
El municipio
Enclavada en pleno Rebollar, Robleda es una localidad perteneciente a la comarca de Ciudad Rodrigo, y cabeza de la subcomarca de El Rebollar, teniendo únicamente un núcleo de población con 503 habitantes en una extensión de casi 79 km2. Está situada, por lo tanto, en la zona suroeste de la provincia de Salamanca, de la que dista 113 km, 27 km de Ciudad Rodrigo y unos 12-13 km en línea recta a la frontera con Portugal.
Limítrofe también con el límite provincial de Cáceres por el Sur, se asoma a la Sierra de Gata, a las poblaciones de Villasrrubias y Descaragamaría, y queda enmarcada por el río Águeda al oeste y por el Mayas al este, lo que le ha conferido un carácter peculiar, no solo por su arquitectura tradicional característica de corrales y viviendas, sino también por sus tradiciones, indumentaria e incluso, por el hecho de conservar un habla ancestral que rememora a esas tierras septentrionales de la Península.
Sus campos
La morfología del término municipal es bastante ondulada y está surcada por varios arroyos que se adentran en el municipio como observadores pasajeros del tiempo. En las laderas de los valles, nos veremos sorprendidos, entre la vegetación típicamente de robles centenarios, por afloramientos rocosos y estrechos valles esculpidos por la paciencia de los ríos Águeda y Mayas.
Esta geomorfología, que impedía el cultivo de las tierras, propició que una de las actividades principales hasta mediados del s XX fuera la de porteo o transporte con carros de madera por parte de los lugareños que trasladaban a diferentes regiones toda clase de productos como trigo, lana, sal, cerámica, leña o carbón vegetal.
Actualmente, la principal actividad económica es la ganadería, en su mayoría extensiva, por lo que en nuestros paseos por los campos del municipio podremos encontrar ejemplares de ganado vacuno, porcino y ovino que aprovechan la dehesa con sus masas forestales de robles, pinares y algunos cultivos forrajeros. También encontraremos pequeños huertos de explotación familiar que nos hablan de una economía tradicional.
La historia
Los orígenes de Robleda, son, muy posiblemente prerrománicos, al haberse encontrado yacimientos arqueológicos en las inmediaciones de su término municipal como el de la ciudad prerromana de Irueña, perteneciente al término de Fuenteguinaldo pero muy próxima a Robleda. El origen de este yacimiento serían los grupos celtas o celtibéricos conocidos como vettones que vivieron en este territorio hasta la llegada de los romanos donde el mestizaje hizo que poco a poco fueran desapareciendo.
El hecho de que los romanos también hicieron suyas estas tierras, lo atestigua la existencia de dos importantes calzadas: la colimbriana (de Helmántica (Salamanca) a Coímbra) y la dalmacia (de Ciudad Rodrigo a Coria) que pasaba directamente por Robleda.
De la dominación musulmana, quedan pocos documentos y a excepción de algunas leyendas de princesas y tesoro, así como algunos topónimos, no queda apenas nada.
Fue ya entre el s XI-XII, con la reconquista cristiana, cuando Robleda es repoblada por mandato primero de Fernando I y posteriormente por Alfonso VI, con gentes gallegas, leonesas y navarras, hasta que en la baja Edad Media hay constancia de que el municipio estaba en poder de la familia de Los Centeno.
Durante el s XV, Robleda pasó a formar parte de los sexmos de Ciudad Rodrigo, perteneciendo al Campo de Robledo y Malavarín y a partir del s XVI muchos de sus vecinos se embarcaron en la aventura de América, principalmente por motivos religiosos más que por los económicos. Ejemplo de esto son personajes ilustres del municipio como Pedro de Encina que embarcó con rumbo a Santo Domingo, Fray Mateo de Robleda que zarpó hacia México, Fray Martín de Robleda hacia Perú o Miguel Sánchez de Robleda cuyo destino fue también la Nueva España (México).
Con la creación de las actuales provincias en 1833, Robleda quedó encuadrado en la provincia de Salamanca, dentro de la Región Leonesa.
Agallas
Dirección
C/ Victoriano Serradilla, 1.
Localidad
Agallas (Salamanca – España)
Teléfono
923 490 301
Email / Pagina Web
El municipio
El municipio de Agallas, enclavado en el suroeste de la provincia de Salamanca, al sur de la tierra de Ciudad Rodrigo, se encuentra en la subcomarca del Campo de Agadones, a 113 kilómetros de la capital charra. Su término cuenta con un segundo núcleo de población, Vegas de Domingo Rey, su pedanía, con la que comparte este paraje extraordinariamente bello, próximo a la Sierra de Gata.
Destacan como elementos representativos del pueblo, de aproximadamente 150 habitantes, su topónimo y su escudo de armas, ligados entre sí. La mayoría de los especialistas creen que su nombre tiene origen en el vocablo latino galla, que haría referencia a las excrecencias redondas que se forman por la picadura de ciertos insectos en el tronco del roble, árbol muy común en los montes del municipio. Estas agallas forman parte del escudo del pueblo, ya que son un símbolo distintivo del mismo.
Sus campos
El pueblo vive de la ganadería y la agricultura, además del aprovechamiento de los montes, las explotaciones de ganado bovino, ovino, caprino y porcino y el cultivo de lino, patatas, cereales y pasto. En los últimos años, el turismo ha ido adquiriendo más importancia, gracias a la puesta en valor de los interesantes recursos turísticos del municipio.
La historia
Agallas posee una historia muy antigua. Durante la Edad de Hierro, los vetones poblaron la zona, de ahí que, en la parte alta del pueblo, se encontraran restos de un castro vetón, actualmente perdido.
De la Edad de Bronce es el Ídolo-Estela hallado en Agallas en el año 1983. Se trata de una magnífica estela de forma elíptica, fechada entre el 3500 y el 2500 a C. Su cabeza viene determinada por tres elipses concéntricas que engloban los ojos, la nariz y la boca. Los brazos, están realizados con una doble línea que dibuja el hombro y el codo. Tiene además rostro, collares y una alabarda, grabada con un finísimo trazo de incisión. Seguramente, fuera una divinidad protectora. Actualmente, se encuentra en el Museo Provincial de Salamanca.
No obstante, será en la Edad Media cuando se funde la actual villa de Agallas, gracias a las repoblaciones efectuadas por Fernando II en el siglo XII. El pueblo quedará enmarcado en la Diócesis de Ciudad Rodrigo, tras la creación de la misma por parte del rey. De esta época fue, seguramente, el antiguo castillo de los Centeno y Cáceres, cuyos restos se encuentran en la plaza de la localidad, convertidos ahora en vivienda particular.
Ciudad Rodrigo
Aunque el municipio de Ciudad Rodrigo no está adscrito a la Ruta Raia Norte, debido a la cercanía a la ruta, merece la pena hacer un alto en el camino y acercarse a conocer la pequeña ciudad. A continuación te damos algunas claves para que disfrutes del paseo:
La situación de esta ciudad, tan cercana a la frontera portuguesa, obligó a fortificarla, ofreciendo hoy al viajero una bonita estampa de amplias murallas custodiadas por un castillo del s. XV en lo más alto (donde hoy se ubica el parador de turismo) y un envidiable conjunto monumental intramuros.
Lo más interesante además de rodear sus murallas y quedarse impresionado con las vistas que hay desde sus imponentes cañones, es adentrarse en el interior del pueblo, dejando atrás el extenso parque fluvial del río Águeda y llegando hasta su majestuosa catedral, imponente templo románico de transición al gótico (s.XII-XIII) perfectamente conservado, con un bonito pórtico en la Puerta de las Cadenas que guarda las doce esculturas góticas de los doce apóstoles intactas a pesar del paso del tiempo y una alta torre románica a modo de campanario, coronada con una cúpula en siglos posteriores. Hay que acceder a su interior y entre toda la belleza e historia que muestra, dejarse sorprender por su bello claustro gótico con arcos apuntados que se entrelazan entre si en torno a un patio. Frente a la catedral, se abre la plaza de San Salvador, con un buen número de mansiones como la Casa de los Mirandas o el palacio de la Marquesa de Cartago, neogótico, pero con pinceladas historicistas. En dirección al centro, se encuentra la plaza del Buen Alcalde que recuerda a algunas plazas portuguesas (sin duda por su cercanía a este país) con decoraciones en color albero en sus fachadas encaladas guardando soportales en sus bajos. En la Plaza Mayor, flanqueada por robustos edificios de piedra en sillares de ese característico tono anaranjado que tiene toda la ciudad, se hallan bonitas casonas blasonadas entre las que se encuentra la mansión del primer marqués de Cerralbo con un coqueto friso plateresco y el ayuntamiento del s XVI con sus bajos porticados y una galería superior de estilo renacentista, flanqueada por sendas torres. Callejeando se da con la oficina de correos en lo que fuera la casa de los Vázquez y en dirección opuesta, el palacio de los Águila construido en el s.XVI en estilo renacentista-plateresco pudiendo visitar su interior al albergar exposiciones de todo tipo. En la plaza del Conde se encuentran otros cuantos palacios dignos de contemplar como el palacio de los Castro (s.XV), el palacio de Monctezuma (s.XVI) y el del conde de Alba de Yeltes (s.XVIII). Abandonada esta plaza y antes de dejar la ciudad hay que acercarse al castillo de los Trastámara del que sobresale su torre del homenaje dominando la ciudad y pasear por sus murallas asomadas al río. Frente a él se encuentra el berraco de Ciudad Rodrigo, legado de los visigodos que poblaron estas tierras en torno al s.V a.C.
Gallegos de Argañán
Dirección
Plaza de la constitución, 1
Localidad
Gallegos de Argañan (Salamanca – España)
Teléfono
923 477 001
Email / Pagina Web
El municipio
El municipio de Gallegos de Argañán es un pueblecito de la Comarca de Argañán, perteneciente al Partido Judicial de Ciudad Rodrigo y a la Mancomunidad de Puente La Unión. Dista de su capital provincial (Salamanca) 110 km y tan sólo 10 km de la frontera con Portugal. Cuenta entre sus habitantes con algo más de 280 galleguinos y galleguinas distribuidos en un territorio de 47,14 km2.
Sus campos
El entorno inmediato de Gallegos de Argañán es de campos de cultivo, dando una imagen de collage al municipio cuando lo miramos desde la lejanía, con sus tierras aradas de diferentes colores. La agricultura, basada en el cultivo del cereal, es uno de los principales sectores económicos del municipio, junto con la ganadería de ovino, caprino y porcino que se desarrolla en los montes adehesados próximos, regados por numerosos arroyos que dejan su huella en estas tierras.
La historia
Los orígenes de los poblamientos en este territorio se remontan al neolítico, cuando los hombres de aquellos tiempos se asentaron aquí, dejando su huella en parajes como la Siega Verde con sus pinturas rupestres, la Hurtada con sus dólmenes o los numerosos castros vetones y villas romanas diseminados por el entorno de Gallegos de Argañán.
Como es lógico, al ser pobladas estas tierras desde tiempos tan inmemoriales, también pasaron por aquí romanos al mando de Publio Cornelio Escipión y celtibéricos de la mano de Aníbal que lucharon encarnizadamente en este territorio. De esta época se halló una piedra grabada que actualmente se encuentra reutilizada en la Iglesia, y concretamente en su altar mayor, cuya inscripción reza: “Vitulio, hijo de Arreino, cumplió de buen grado el voto que tenía hecho a Júpiter libertador”.
Tras esta guerra en la que salieron victoriosos los romanos, la zona donde hoy se ubica Gallegos de Argañán, pasó a ser la Vettonia, una provincia Lusitana dependiente de Emerita Augusta (Mérida). Los vettones, tribu celta que ocupaba estas tierras tenían como principal actividad la ganadería, rindiendo culto a sus animales y a sus dioses a través de esculturas como los verracos, de los que quedaron dos en Gallegos de Argañán (uno actualmente en el Museo Provincial de Salamanca y el otro en el municipio de Ciudad Rodrigo).
De la misma época es el castro vettón de la finca de Gallimazo conocido como la Plaza y situado estratégicamente entre el Regajal, monte Zamarreno y el río Águeda.
Con la conquista de los árabes de este territorio y las continuas batallas, Gallegos de Argañán queda despoblado, intentando fijar población los reyes Alfonso III de Asturias (s. IX) y posteriormente por Ramiro II de León (s.X) quien atrajo a estas tierras a pobladores principalmente gallegos, de donde proviene el nombre de la población de Gallegos de Argañan. Durante las campañas de Almanzor que comenzaron en el año 977, en las batallas de Reconquista de Al-Andalus a los árabes, se vuelve a despoblar debido a las cruentas batallas.
Se conoce muy poco la nueva etapa de repoblación llevada a cabo con posterioridad, hasta que ya, en el s XV, los árabes fueron expulsados definitivamente por los Reyes Católicos junto con la comunidad judía, que también pasó por la plaza de Gallegos tras su expulsión, así como lo hizo también la Santa Inquisición que investigó a numerosos vecinos de la localidad con sus ya bien sabidos métodos.
Tras este periodo, y como forma de dar a conocer la hegemonía en el territorio de las creencias cristinas, se comienza en el s XVI la construcción de la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, no afianzando sin embargo con esto la población del municipio que se volvió a despoblar durante las luchas acaecidas en la guerra de Secesión Portuguesa y posteriormente por diferentes enfrentamientos dinásticos. Entre estos periodos de repoblación y despoblación, en 1760, se comienza la construcción de la Ermita del Santo Cristo de la Exaltación, que debido a sus dimensiones es considerada más como Iglesia que como Ermita, haciendo igualmente las funciones de esta.
Tanto esta Ermita como la Iglesia de Santiago Apóstol fueron utilizadas como cuarteles y almacenes de víveres y municiones durante la Guerra de la Independencia (1.808), tanto por franceses como por ingleses. Estos últimos con el general Wellington al mando, incluso se permitieron el lujo de hacer alguna función de teatro para sus soldados en la plaza del municipio. De esta época datan multitud de documentos en los que se menciona a la población de Gallegos de Argañán y de los efectos devastadores que sufrió el municipio durante la guerra, siendo aquí donde se produce la retirada de los franceses hacia tierras portuguesas en el llamado “Combate de Argañán”. Tanto soldados ingleses como portugueses y franceses asolaron y saquearon el municipio hasta las tablas de casas y demás edificios para calentarse durante la guerra.
De esta forma, Gallegos es un municipio que ha visto pasar ante sus ojos todas las guerras fronterizas, más aun estando situada en el camino entre Ciudad Rodrigo y Portugal.
Ya en 1833, el municipio fue encuadrado en la provincia de Salamanca dentro de la Región Leonesa, sin tener más avatares importantes hasta nuestros días gracias a la firma del Tratado de Versalles en 1.919.
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO SIEGA VERDE
Este conjunto arqueológico es el más importante de toda Castilla y León y, junto con el cercano conjunto portugués de Foz Coa, el más sobresaliente de toda la península Ibérica, por lo que fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Desde que se empezó a estudiar el enclave en 1988 han salido a la luz un total de 645 figuras de ciervos, caballos, bóvido, etc. pero también de renos, bisontes o rinocerontes lanudos que debieron habitar estas tierras, grabados o piquetados sobre la roca, convirtiendo a este yacimiento en el mayor enclave con grabados paleolíticos de España, datados en torno al año 20.000 y 11.000 a.C. Los significados de cada panel, por el momento, se escapan a nuestra comprensión, pero las representaciones de esta fauna de la última glaciación hablan de un mundo simbólico y mágico de la caza y quizás de la distribución territorial de las tribus cazadoras. La visita se hace con un guía especializado que interpreta las figuras para la mejor comprensión del visitante y es recomendable consultar su web antes de llegar para tomar nota de algunas recomendaciones. Yacimiento Siega Verde: (6.5€; horario variable, consultar web); SA-V-200 (40°41’49.5″N, 6°39’41.8″W); http://www.siegaverde.es